Una noche de verano y tras una cena que se alargaba en una mesa colocada con mucho cariño y detalle para ese momento, dio lugar a mantener muchas conversaciones….y entre ellas la decisión ese mismo día de crear esta empresa.
La noche dio para mucho y ese mismo día decidimos hasta el nombre.
A los pocos días nos pusimos en funcionamiento y comenzamos el primer viaje de muchos que han venido después y que vendrán, recorriendo lugares y diferentes fábricas para darle forma a lo que en ese momento era nuestro pequeño negocio.
Sabíamos que CDC eran necesarios porque somos capaces de encontrar, diseñar y vender productos que tantas mujeres y hombres apasionados de la mesa bonita no encontraban de manera habitual en el mercado.